Hace unos días leí este interesante artículo de Witbooking sobre los motores de reservas, donde reflexionan por qué algunos motores de reservas generan hasta tres veces más reservas que otros con la incidencia que ello genera en la cuenta de resultados. En el artículo se enumeran una serie de factores que podrían hacer que la contratación aumente de una forma importante lo que me hizo reflexionar sobre ello y en concreto fueros los aspectos relativos a los precios. De todos es conocido la complejidad del tarifario hotelero y los distintos aspectos que pueden influir en el precio final de la estancia. Vamos a relacionar algunos de ellos: Tipo de la habitación, ocupación de la habitación y tipos de personas que la ocupan (uso individual, tercera persona, dto. niños…), orientación de la habitación (vista mar, vista montaña, piso alto…), régimen incluido, ofertas existentes (antelación de la reserva, larga estancia, 7×6, 14×12..), upgrades… y así podríamos hacer un lista larguísima. Todos estos factores, normalmente están incorporados en los cálculos de precios de la mayoría de los PMS, pero no así en otras herramientas que ayudan a vender la disponibilidad del hotel. Eso se traduce en una duplicidad de entrada de precios en más de un sistema, puesto que no todos los sistemas soportan la misma funcionalidad de tarifario, a veces minimizada con unos interfaces entre sistemas no siempre eficaces.
Igualmente deberíamos de ser capaces de poder segmentar los clientes de nuestro hotel para ajustar los precios dinámicamente al precio que el cliente está dispuesto a pagar, que no tiene por qué ser siempre la BAR. Vamos, como lo hacen las líneas aéreas.
Esto nos llevaría a tener un motor de precios muy ágil en el que los precios se ajustaran automáticamente a la demanda y a la segmentación del cliente.
Y entonces, ¿Porque no hacer un motor de precios donde todos los sistemas consultaran y pudieran dar el precio final al cliente? ¿Sería muy complicado?
